El contexto en que se publica este libro es la inminencia de la elección presidencial de 2011. Gane el oficialismo o lo haga la oposición, dice Luis Gregorich en el prólogo, "nos falta aún el consenso político y social que nos comprometa en unos pocos objetivos comunes. En un plano menor pero no desdeñable, nos debemos todavía el regreso de las Fuerzas Armadas a sus plenas funciones constitucionales". Jaunarena busca ante todo el registro histórico de acontecimientos decisivos para la marcha de la democracia en la Argentina. En el relato de su rol como secretario, primero, y como ministro de Defensa de Raúl Alfonsín, después, afirma: "(...) la transición a la democracia en la Argentina no fue un camino trazado de antemano. Fue un camino que recorrimos tramo a tramo, abriéndonos paso en territorios desconocidos, con la convicción de que debíamos encontrar respuestas nuevas para los tremendos desafíos que afrontábamos". En este marco se desarrollan las vivencias de quien fue ministro de Defensa de tres presidentes argentinos y a quien le ha tocado vivir como protagonista principal momentos cruciales de las instituciones militares en los últimos 28 años. Como legislador, Jaunarena hizo una contribución muy importante en la sanción de la Ley de Reestructuración Militar, sancionada en forma unánime por ambas cámaras del Congreso de la Nación en 1998. Esta norma –nunca reglamentada– dio un marco adecuado para la necesaria modernización de las Fuerzas Armadas. Circunstancias políticas y económicas hicieron que nunca fuera implementada, una asignatura pendiente que la sociedad y la dirigencia política siguen teniendo con la demorada modernización de las Fuerzas Armadas. "