El ascenso al poder de Raúl Alfonsín en 1983 materializó las ilusiones del grueso de la sociedad argentina. La gente esperaba confiada que el mandatario llevara a la práctica sus atractivas promesas electorales. Después del fracaso del Plan Austral y del colapso radical en las elecciones de 1989, el advenimiento de Carlos Menem volvió a generar en la gente similares expectativas de cambio, progreso y bienestar. A sólo dieciocho meses de aquel momento, la sociedad vuelve a sentirse defraudada en sus ilusiones. "